NACIONALES
4 de julio de 2025
Microplásticos: ‘Actúan como un caballo de troya y liberan sustancias nocivas en el cuerpo’

Al aire de LU32, Juan Manuel Ríos, investigador del Instituto de Medicina y Biología Experimental del Cuyo, dependiente del CONICET, explicó cómo se realizó el estudio que reveló la presencia de microplásticos en el agua de Mendoza. Alertó sobre el riesgo que esto implica para la salud humana y para el bienestar ambiental, y señaló cuál es el rol de los distintos integrantes de la sociedad frente a esta problemática.
En el año 2022, un estudio, que aunó esfuerzos de investigadores argentinos y uruguayos, reveló y cuantificó la presencia de estas sustancias sintéticas en ríos y otros cuerpos de agua de Mendoza y, por ende, la presencia de las mismas en aguas argentinas en general, sin discriminación de fronteras provinciales o nacionales.
Al aire de LU32, Juan Manuel Ríos, investigador del Instituto de Medicina y Biología Experimental del Cuyo, dependiente del CONICET, y uno de los integrantes de ese equipo de trabajo, explicó más a detalle en qué consistió este trabajo:
"Pudimos constatar la presencia y medir la abundancia de microplásticos en peces de montaña, sobre todo aquellos ubicados en la cuenca del río Mendoza. En esta ocasión analizamos el tracto gastrointestinal en dos especies de salmónidos, la trucha marrón y la trucha arcoíris, y en una especie nativa que es el bagre del torrente. La mayoría de los ejemplares presentaron microplásticos. Las tres especies tenían niveles similares de microplásticos en sus tractos gastrointestinales", indicó el también es doctor en Ciencias Biológicas con Orientación en Ciencias Biológicas.
"En este trabajo podemos ver que la mayor cantidad de microplásticos que se encontraban fueron del tipo de fibra. Cuando hablamos de microplásticos podemos decir qué son los microplásticos. Los microplásticos son partículas plásticas menores a 5 milímetros. Pueden tener diferentes formas, como microperlas, fragmentos, fibras, espumas, films o láminas. Nosotros encontramos en este trabajo un 95% de fibras y el remanente fueron fragmentos, es decir, una dominancia de fibras del tipo textiles, y sobre todo eran fibras de color azul, seguidas de un color negro y luego rojo. Esto aplicó para las tres especies estudiadas, seguido del mismo patrón", amplió Ríos.
"Pensábamos en un momento que los peces tenían alguna afinidad por el color azul, entonces medimos la disponibilidad en el agua superficial de los microplásticos y vimos que lo que tenían los peces era un reflejo de lo que había en el ambiente, es decir, en el agua, ya que la mayoría de los microplásticos del agua superficial también eran fibras de color azul seguido de color negro. Es decir que es un reflejo, los peces son una buena herramienta para monitorear la calidad del agua de montaña, porque ellos reflejan lo que hay en el ambiente", expresó Ríos.
Por otro lado, Juan Manuel Ríos indicó que este tipo de iniciativas científicas son importantes porque “los peces son una buena herramienta para monitorear la calidad del agua de montaña”.
Además de describir el impacto ambiental de los microplásticos, los cuales están presentes en el agua de todo el mundo, Juan Manuel Ríos puntualizó cuáles son los efectos de estos fragmentos de material sintético en la salud humana:
"A nivel de importancia de salud humana, se están haciendo muchos estudios sobre cuáles son las implicancias que tiene la presencia de microplásticos en el ambiente y cómo se traslada esto luego a las personas. Algunos estudios explican que los microplásticos actúan como un caballo de troya, es decir, llegan hasta la el intestino y de ahí liberan los químicos, los plastificantes, que ingresan al torrente sanguíneo y pueden tener efectos adversos a nivel endocrino", planteó el experto.
"También se sabe que los microplásticos a veces, debido a su composición polimérica y a su estructura, pueden llegar a estar asociados a microorganismos, es decir, a bacterias, algunas de las cuales pueden llegar a ser perjudiciales para la microflora intestinal. Estos también se liberan a nivel de intestino, afectando aquí el equilibrio de la microflora, por eso se los propone a los microplásticos como los caballos de troya. Estos no los absorbe el intestino, por el tamaño que tienen, estamos hablando de partículas que son relativamente grandes. Si se absorben las sustancias que estos liberan", añadió Ríos.
Por último, el doctor en Ciencias Biológicas reflexionó acerca de cuál es el rol individual de las personas frente a la problemática, y cuál es el rol del Estado y las empresas:
"Tiene que ser una cuestión individual, desde la casa, desde uno, tratar de reducir o eliminar el uso de plásticos de un solo uso, esos plásticos que se usan una vez y se descartan", indicó Ríos.
"Ahora bien, también tendría que haber una legislación que prohíba este tipo de plásticos de un solo uso. Tendría que ser una cosa articulada con la otra", añadió.
"Y después está la parte de la educación, de la cultura y la educación. Es decir, empezar a utilizar envases en los cuales llevamos nuestras bebidas y alimentos que no sean plásticos. O sea, dejar el táper plástico, cambiarlo por uno de vidrio, utilizar botellas de agua, de cerámica o de acero inoxidable para transportar nuestras bebidas, llevarles las meriendas a nuestros hijos, también ese tipo de envases que no sean plásticos", propuso Ríos.
"Y luego, a nivel más de la responsabilidad empresarial y de la articulación con las instituciones estatales y legislativas, sí tiene que haber un compromiso mayor de aplicar políticas que reduzcan para, de una manera, mitigar, reduzcan el uso de plástico para de alguna manera mitigar el problema de la contaminación plástica", concluyó Juan Manuel Ríos, investigador del Instituto de Medicina y Biología Experimental del Cuyo, dependiente del CONICET. CB