A pesar del duro golpe, el equipo no bajó los brazos y rápidamente empezó a trabajar para poder estar en pista nuevamente, “Ya estamos en carrera, en 4 días armamos casi un auto entero, una locura el trabajo que hizo todo el equipo, mucha gente se acercó a trabajar y muchos colaboraron con la colecta”, relató Nicolás, que destacó la reacción inmediata de todo su equipo y allegados.

El auto fue llevado rápidamente a Buenos Aires para los trabajos más grandes en la estructura, que resultó muy dañada en la parte delantera, “El auto el lunes a la noche, después del accidente, viajó hacia Buenos Aires; el martes se comenzó a trabajar. Agradezco a Serafín Sarasua y a la familia Saladino que fueron los encargados de reparar lo más grande del auto”, remarcó.

El operativo fue contrarreloj para poder estar en esta fecha a solo 10 días del accidente. “El auto llegó el domingo a la madrugada, y por la mañana ya estábamos todos trabajando. El lunes le colocamos el motor y ya estamos en la parte final del armado. El auto quedó muy bien, controlamos todo y estaba todo perfecto, realmente hicieron un trabajo enorme”, cerró Villamayor.

Con un esfuerzo gigantesco, el Ford Falcon motorizado por su Juan Villamayor y atendido en Olavarría por su propio equipo está listo y en viaje a La Plata en donde hoy se va a plotear para mañana salir a pista en los entrenamientos.