Los fundamentos y objetivos de este espacio de aprendizaje consideran central la reinserción social del privado de la libertad por medio de la capacitación  en un oficio, en este caso la marroquinería, por medio de ello el interno podrá experimentar seguridad y valoración de sí mismo. Así, el taller apunta a que el detenido sea capaz de logar cambios en su vida mediante el trabajo o el oficio, con lo que minimizaría la posibilidad de reincidir en el delito.

El instructor del taller es Pablo Javier, un privado de la libertad que llegó a la Unidad Nº 2 trasladado desde la Unidad Nº 31 de Florencio Varela, quien comentó que “llevo dos años trabajando en el oficio y tuve un capacitador en marroquinería. Luego me perfeccioné en la Escuela de Arte de Florencio Varela donde obtuve un diploma y matrícula que conservo para poder enseñar marroquinería”.

Pablo J. ingresó a la Unidad con sus pertenencias que incluyen los artículos en cuero creados en cursos anteriores como muestra de los que se puede lograr con dedicación y perseverancia, y con muchas ganas de continuar perfeccionando las técnicas de marroquinería a través de la creación de nuevos artículos. Además trajo consigo deseos de enseñar el oficio a sus compañeros.

La docente y coordinadora del proyecto explicó que “los materiales con los que trabajan son donaciones de hilo encerado, cartón corrugado y objetos de cuero. Como hay un reciclado de las cosas, por ejemplo si alguien tiene un par de botas que ya no le sirven, utilizamos la parte de la caña para hacer billeteras. La idea es que los grupos sean reducidos de tres o cuatro internos para tener un mejor manejo de los materiales y herramientas, por eso el taller es aplicado en los diferentes turnos de la escuela primaria”.

El taller se desarrolla con las herramientas del instructor, incluyen tijera de corte, sacabocados manuales, abrochaduras, punzón, trincheta, encendedores, aguja e hilo encerados. “No trabajo con maquinas de coser porque seria mas textil y el taller es de marroquinería con iniciativa en talabartería, pero para ese desempeño todavía no contamos con alguien que nos capacite”, contó Pablo.

Los procedimientos de aprendizaje comienzan con la creación de un molde de un objeto simple, por ejemplo una billetera, para luego realizar el corte en el paño de cuero contemplando las dimensiones para que no se desperdicie material y luego se ensamblan las piezas con costuras a mano, utilizando hilo encerado de colores para darle diseño al producto. “Las primeras  clases siempre se enseña algo chico y simple en las cuales se les aplica un diseño. En una semana ya se puede saber si la persona tiene interés en aprender por la forma en como corta y si es prolijo. La terminación es importante porque hacen a la calidad del producto y depende de cada uno. Los productos terminados se destinan a sus familias”, amplió Pablo J.

El director de la Unidad Nº 2 Prefecto (EG) Diego Belinchon apoya estos proyectos educativos que apuntan a una nueva manera de vincularse con la sociedad y aumentan las posibilidades de reinserción del privado de la libertad.

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