En primer lugar, Ahumada consideró que antes había focos principales, que aún se mantienen, pero que ahora se han sumado “kiosquitos” chicos.

Y también chicos que compran tres tizas y le venden a los amigos, ejemplificó.

Ahumada señaló que también tienen que intervenir ante estas cuestiones, sin dejar de observar quienes son los proveedores mayores. Agregó que por ahí, hasta los “pequeños”, los terminan conduciendo a los “grandes”.

Explicó que se impone esta modalidad, porque, entre otras razones, es más difícil obtener una condena y hasta se puede hacer pasar por consumo personal, a veces.

Manifestó que este menudeo los obliga a buscar mayor cantidad de domicilios y realizar mayores esfuerzos investigativos.

Indicó que desde el Juzgado de Garantías se piden investigaciones avanzadas, antes de conceder algún tipo de allanamiento u orden.

Respecto al 0800 DROGA no, implementado por el Municipio de Olavarría, Fernández Ahumada resaltó la calidad de las denuncias.

Sostuvo que se está develando toda la actividad de la compra-venta de estupefacientes y no ese “miedo”, acerca de las reuniones de grupos de chicos y demás.

Aclaró que algunas aún se hacen, pero que son muy pocas y puntuales.

Por otro lado, Ahumada coincidió con el diagnóstico que alguna vez hizo el intendente Eseverri acerca del grave problema de la frontera y añadió que es la otra pata del trabajo que ellos hacen, interceptar las sustancias y sus portadores antes que lleguen a la ciudad.

Indicó que hay que armar en el distrito este tipo de operativos, para pararlos antes que lleguen a Olavarría y que los que han hecho, les han dado resultados.

De todos modos, también afirmó que habría que parar auto a auto y hacer descender  a los pasajeros de los colectivos, como se hacía en la lamentable época de los militares, pero que eso no se puede hacer.