DIB - Así lo indicaron Eduardo Bercovich, secretario general de la seccional Azul de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), y Sebastián Maddío, delegado gremial de Fanazul. La planta, reactivada en 2023, está paralizada desde mayo pasado.

El viernes al mediodía “hicimos la asamblea, en la guardia de la fábrica, y ahí les comunicamos a los trabajadores la reunión que mantuvimos el miércoles pasado con la nueva Dirección de Fabricaciones Militares. Estaba el director Vaquer y sus asesores”, contó Bercovich, en diálogo con el diario El Tiempo de Azul. “La reunión esta vez fue con nuestra fábrica, exclusivamente, a diferencia de otros encuentros en los que participaron representantes de todas las fábricas militares”, explicó el referente de ATE. “Nosotros les planteamos a los directivos de Fabricaciones Militares todas las cosas que tenemos a favor. Les dimos en mano una nota que hicimos desde nuestra seccional. Hicimos una introducción y referimos todo lo que se estaba haciendo y todo lo que se puede hacer en nuestra fábrica”.

“Hicimos mucho hincapié en la línea de destrucción de chalecos antibalas”, destacó Bercovich. “Hay una planta que ya está lista. Faltaría solamente una maquinaria para completar el proceso de destrucción de esos materiales. Y, sin duda, lo primordial para nosotros es volver a producir explosivo, específicamente el mastermix, que es algo que podemos empezar a hacer ya”, ya que la planta estuvo activa hasta mayo.

En ese sentido, siempre en diálogo con el diario El Tiempo, Maddío explicó: “Desde mayo estamos con una parada técnica”. En la reunión realizada el miércoles en Fabricaciones Militares, “pedimos que se ponga a trabajar esa planta para hacer el producto y nosotros recomenzar la labor, porque eso sería inmediato, de producción inmediata, y más que se trata de un producto para exportación”. Sobre este punto, el delegado de la fábrica aseguró que “es una decisión política, en definitiva. Y un lineamiento como empresa. Lo que siguen ellos (en el Directorio de Fabricaciones Militares) es el mandato presidencial que dice que las empresas del Estado se tienen que vender o privatizar”.

De acuerdo con Maddío, “están esperando la famosa ‘inversión externa’. Cuando hablan de privatizaciones, también hablan de que vengan inversiones privadas, lo que denominan ‘una inyección de capital’. Tanto ellos como nosotros estamos esperando esas inversiones para poder seguir trabajando. Porque, la realidad, es que ya se fue un Directorio (de Fabricaciones Militares), cambiaron un segundo Directorio hace poco, pero seguimos sin resultados. Y eso, para nosotros, como trabajadores, es preocupante, porque seguimos parados y sin perspectiva de que haya voluntad política de arrancar algún tipo de producción. Realmente eso es lo más preocupante. Nosotros vamos a defender siempre lo que es la producción de la fábrica”.

Según los trabajadores, “es preocupante, más que nada, el destrato hacia la gente”. “No es fácil para un operario de fábrica estar parado, sin producir, más allá de que estemos haciendo todos los mantenimientos, desde los edilicios hasta los cortes de pasto. Pero uno, como empleado estatal, pero de una fábrica productiva, lo que quiere es ver las máquinas trabajando. Uno quiere, a esta altura, ver las máquinas arrancando nuevamente”.

Mientras tanto, “se está yendo mucha gente importante para lo que es la producción de la fábrica”. Tras el cierre de 2017 y el parate actual, “no pudimos generar un total traspaso de conocimiento”, describe Maddío. “Es una lástima que la gente se vaya por retiros voluntarios y que opte por otras cosas. Es muy triste hasta para el mismo Estado, que capacitó a ese personal durante años, en un producto como explosivos. La manipulación de explosivos no es cualquiera el que la hace. Es decir, el Estado invirtió en esa gente, capacitándola, y ahora dejarla que se vaya así, es bastante trágico”.

No obstante, el encuentro de la semana pasada dejó alguna buena sensación. “Vimos que este Directorio tiene un oxígeno nuevo: Vaquer se comprometió a venir a Azul, a recorrer todas las unidades productivas de Fanazul, y eso será distinto a todos los planteos que le hicimos, sin conocer el lugar”, describió Bercovich, y puso en contexto: “Lo más importante para nosotros es que esta es una época muy sensible: llega el fin de año, vienen las licencias por vacaciones y lo que queríamos nosotros es saber cómo continuaba esto, porque están todos los trabajadores de Fanazul esperando que la producción arranque. Es solo apretar un botón, es una decisión política. Y en el mientras tanto, obviamente, si nos siguen desplumando y sacando personal con los retiros voluntarios, sin duda va a ser mucho más complejo, porque si tenemos que empezar a producir, van a tener que volver a llamarlos o tomar otro personal. O trasladar de otras fábricas a distintos técnicos o ingenieros, porque realmente hay que tener el plantel adecuado para esta producción, ya que se trata de explosivos”.

A propósito, del personal que había al momento de la reapertura en 2023, 130 trabajadores, unos 50 se fueron con retiros voluntarios. “Hubo pocas jubilaciones anticipadas, la mayoría fueron jubilaciones ordinarias. Al tratarse de empleo insalubre, en Fanazul -como en todas las fábricas militares- se jubilan a los 55 años”, describió Bercovich.