Las redes sociales fueron fundamentales y al otro día de la convocatoria, bolsas de libros los esperaban. Algunos eran muy antiguos y no pudieron cumplir con la meta, pero otros sí fueron incorporados. Desde allí el pedido se hizo específico: todos los que tengan ganas pueden acercar libros de cuentos cortos, autoayuda y poesía.  

En diálogo con “Olavarría en comunidad” María Inés Godoy relata que en el mes de marzo comenzaron con la idea de que los pacientes pintaran mandalas. Se trata de un dibujo de forma circular, con líneas interiores que forman otras figuras y que es muy usado en meditación y relajación.

Luego vino la idea de los libros, y María Inés reconoce que ella misma es muy lectora y por eso la convocatoria fue por allí. Ese material, que la semana pasada tuvo un gran incremento por la donación recibida de autores olavarrienses, también está a disposición de los pacientes que están internados.

Respecto de los resultados, quizás sea prematuro dar una respuesta. Un profesional notó que hubo menos descomposturas desde que los pacientes se dedican a la pintura y la lectura. De cualquier modo, es un ámbito que irá creciendo y seguramente los beneficios también.

Aquellos vecinos que quieran aportar, pueden hacerlo con el material de lectura, lápices de colores, sacapuntas  y mandalas para colorear.

“Todo es cuestión de costumbre” dice  María Inés y agrega: “también sería bueno que algún comercio pueda donar tela de lycra para confeccionar gorros para las chicas que pierden el pelo”.

Miriam, una joven olavarriense cuya hija está enferma de cáncer, diseñó un pañuelo especial, con especies de mangas que se extienden y se enrollan, presentando un aspecto de turbante. Además se decora con apliques, como pueden ser flores de crochet.

Hasta el momento los hace aportando la tela y su trabajo en forma solidaria, pero sería bueno poder colaborar con el aporte de las telas.