La familia de la persona con ideas suicidas, su entorno más cercano como observador, es el elemento principal para poder trabajar en prevención. Lo importante es tener presente los cambios de conducta relacionados con el estado de ánimo,  o sintomatología que uno podría entender a priori se trata de un cuadro depresivo.

En este sentido, la Lic. Lauscher manifestó que realizar algún tipo de consulta profesional por parte del familiar o allegado, ante determinadas señales, es fundamental como herramienta preventiva. Si uno considera que una persona cercana puede estar en una situación aguda en cuanto a lo anímico, esto fuera de lo habitual en su personalidad, es factible buscar ayuda porque puede tratarse de factores detonantes, de un estado previo.

“Dentro de lo que es un cuadro depresivo, hay todo un espectro de estados que no siempre conforman un trastorno”, comentó, “hay tristezas por ejemplo que corresponden a estados normales” y otras que pueden complicarse y transformarse en otra cosa, por eso es fundamental buscar la opinión de un especialista.

Otra cuestión importante a tener en cuenta es cierto mito que hay en torno a que el suicida no avisa, hay que tener en cuenta, expresó Lauscher, que la persona cuando sufre mucho da indicadores, aunque no diga que es lo que va a hacer, deja expuesto que realmente la está pasando mal.

Si bien nunca podemos saber cómo se van a desarrollar los acontecimientos, lo fundamental, remarcó, es poder acompañar a la persona que está atravesando ese momento especial con la observación por parte de su entorno.

Por último, la Lic. Lauscher recomienda a los familiares o allegados de la persona con ideas suicidas, en casos de urgencia concurrir a la guardia del Hospital Municipal, donde funciona la guardia de Salud Mental de forma permanente. Esto a veces significa un ordenador para el paciente y un indicativo de cómo proceder para los cercanos, no siempre determinándose una internación.