LOCALES
18 de marzo de 2012
“La Campora” impactó en Olavarría
Una importante cantidad de ejemplares del libro de Laura Di Marco han llegado a la ciudad en las últimas dos semanas y se han vendido prácticamente en su totalidad. En una librería se encuentra agotado y en las otras sólo quedan encargues. Prometen nuevos ejemplares para los próximos días. ¿Existe vínculo entre Olavarría y “La Campora”?
Una simple recorrida realizada por las distintas librerías de la ciudad sirvió para confirmar que el fenómeno que despertó en la Argentina el libro de Laura Di Marco no dejó afuera a Olavarría.
En las últimas horas LU 32 realizó una recorrida por las principales librerías de la ciudad para determinar cómo se había comportado la venta de este libro sobre la historia de los miembros de La Campora y el resultado son que por estas horas sólo quedan pocos ejemplares en la ciudad para la venta y los que existen están encargados.
“La Campora” de Laura Di Marco editado por la editorial Sudamericana llegó a Olavarría hace dos semanas atrás y fue distribuido en todas las librerías de la ciudad.
El primer envió incluyó alrededor de 25 copias por librería que en el transcurso de 15 días han sido vendidos en su totalidad. En una de las librerías consultadas indicaron que el libro “mostró un buen nivel de venta y se colocó entre los títulos más elegidos por los lectores olavarrienses.”
En este mismo comercio fue que destacaron que el primer envío, de unas 30 ejemplares, quedó agotado y que ya está realizado el pedido –entraría la semana próxima - de una segunda entrega que ya ha sido encargada por particulares.
El fenómeno que nivel nacional tuvo “La Campora” generó en Olavarría que el comportamiento de venta se sobresalga sobre otros títulos que están siendo exhibidos como novedad.
Los libreros consultados reconocen que el libro “viene a sumarse a una frondosa cantidad de títulos vinculados al kirchnerismo que siempre han logrado aceptación en el público olavarriense aunque en este caso ha sido altamente superior”
“Habitualmente la bibliografía vinculada al kirchnerismo – critica o afín – se vende bien pero en este caso es aún mayor”, dijeron los consultados.
“La Campora” cuesta 99.00 pesos y en cuestión de precios también se destaca frente a otras novedades que han llegado en las últimas horas a la ciudad al superarlos considerablemente.
Nadie explica, de los libreros, el por qué de la gran aceptación del público al libro de Laura Di Marco aunque existe una versión que personajes de Olavarría aparecen en sus páginas.
A nivel nacional el éxito de ventas del libro es indiscutido. En el Ranking elaborado por Cuspide y que incluye los cuarenta libros más vendidos, “La Campora” aparece desde hace algunos días como Best Sellers y en las próximas horas verá la calle la cuarta edición del libro dado que las anteriores se encuentran agotadas.
Laura Di Marco: una visión sobre La Campora
“Mi primera intención fue hacer un libro con ellos, pero decían que mi nombre era mala palabra por el sólo hecho de escribir sobre ellos. Y a partir de ahí intentaron hacer un cerrojo informativo, amenazando internamente para que nadie hablara, que no les resultó.
Y, una vez publicado, armaron una estrategia de boicot que salió a la luz con ese mail diciendo que no lo lean ni lo comenten. Pero también se les volvió en contra”, dice Laura Di Marco, autora de La Cámpora, historia secreta de los herederos de Néstor y Cristina Kirchner (Sudamericana) y periodista especializada en política.
El libro agotó la primera edición de 7 mil ejemplares en tres días, acaba de volver a las librerías con una segunda impresión de 10 mil y ya se programa una tercera. “Creo que fue una estrategia estúpida, porque mi intención nunca fue hacer un libro contra La Cámpora, o para destruirlos. De hecho, el libro no es eso”, remarca la autora.
¿Cómo funciona La Cámpora?
Tiene un funcionamiento verticalista, con una conducción nacional o mesa chica integrada por cinco hombres y una mujer: Máximo (Kirchner), el jefe; Andrés “el cuervo” Larroque, secretario general y diputado; Eduardo “Wado” de Pedro, que es diputado; Juan Cabandié, reelecto legislador porteño; Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas Argentinas; José María Ottavis Arias, vicepresidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. Ese es el grupo más talibán. Después hay un segundo anillo, del que formaba parte Iván Heyn -flamante subsecretario de Comercio Exterior que fue encontrado ahorcado en Uruguay en diciembre-, y en el que también están Axel Kicillof, elegido viceministro de Economía, Julián Álvarez, secretario de Justicia, y varios chicos más, casi todos con algún cargo. Es una organización que políticamente mezcla la cultura de los ’70 con la de los ’90. De los ‘70 porque reivindica la militancia y la convicción ideológica, pero con un manejo de la información y de las decisiones en pocas manos, muy poco democrático. Y de los ’90, porque muchos de ellos tienen la pasión por estar en el poder y por acceder a las cajas del Estado. Se podría decir que funcionan como una secta política, en el sentido del secretismo y también en esta cuestión de depurar a los dudosos y a los débiles.
En el libro usted le dedica un capítulo a Iván Heyn y plantea que justamente se sentía acorralado por esto.
Claro, esta cosa de poner la lealtad obsecuente por sobre el debate, de tachar de tibio o acusar de estar en contra del modelo a cualquiera que muestra una pequeña disidencia, llevó a que persiguieran a tipos como Iván Heyn. A él lo devastó eso, porque en realidad era un tipo muy convencido del camino que Kirchner había tomado y sus divergencias venían por el lado de cómo Cristina se había rodeado, del triunfo de la lealtad y el amiguismo. Él fue uno de los que habló para el libro, por supuesto off the record porque si no lo mataban. Y en el capítulo de él están contadas sus contradicciones y las presiones que sentía, que manifestó a sus amigos de afuera de La Cámpora en mensajes y mails en los que decía directamente cosas como que se sentía “entrampado” y que su carrera política se terminaba.
¿Fue el único de los líderes de La Cámpora que habló para el libro?
No. Hablaron muchos otros y muchos de ese peso también. No voy a dar los nombres, pero los más permeables entre los líderes en general son los de mayor formación política que, es fácil imaginar, cómo les cae que un tipo tan elemental como Larroque los dirija. Las internas de La Cámpora tienen que ver mucho con las diferencias en su conformación, que se nutre de tres grandes grupos: el sector de HIJOS, de donde vienen De Pedro y Cabandié, entre otros; después están los que en los ’90 eran líderes universitarios de izquierda que peleaban en contra del neoliberalismo, por ejemplo Heyn, Kicillof y Álvarez. Muy interesantes muchos de ellos. Y la tercera pata está formada por militantes sociales, como Larroque, Ottavis y Mendoza, que llegan al kirchnerismo con la transversalidad y la formación de Compromiso K.
¿Cuánto hay en La Cámpora de construcción estratégica del kirchnerismo y cuánto de espontaneidad de jóvenes con ansias de comprometerse?
Desde Kirchner fue una decisión estratégica en la lógica de construir poder, sin duda. Y evidentemente fue muy buena la estrategia, porque logró armar un relato político muy seductor y convocante. Creo que hay muchos pibes que militan con convicciones, creyendo realmente en que hay una batalla contra las corporaciones que están en contra de los intereses del país. Ojo, yo también creo que hay corporaciones que han jugado para construir un país para pocos. Eso es real. Ahora, también es verdad que cuando Kirchner le pegaba a los medios no era porque amara la libertad de expresión, sino que quería tener un Clarín para él. También hay algunos funcionarios con intenciones sanas. Sería injusto decir que todos están por los cargos, la plata y el poder. Pero claro, también están los gerentes de la política, que son bastante poco sinceros.
¿Cree que Máximo es un líder genuino?
Creo que Máximo fue arrastrado por las circunstancias a ese lugar. Hay algo muy evidente: tiene 35 años y desde hace diez sus padres son presidentes. Quiero decir que, si hubiera tenido un interés por la política, habría sido algo. Además, no tuvo ni un rol destacado en el centro de estudiantes de su colegio. Él tiene la influencia afectiva de que su madre necesita rodearse de leales. Entonces, ¿qué mejor que chicos que no tienen una construcción propia y que sin Cristina no son nada para armar una guardia pretoriana? Y no que se rodee de otros buitres de la política que están en el kirchnerismo y que pueden traicionarla de un momento a otro.
¿Qué tiene La Cámpora de vieja política y qué de nueva?
Tienen algunas ideas muy interesantes, pero que luego aplican con las mañas de la vieja política. Por ejemplo, el cuestionamiento de los medios, que se asemeja a los cuestionamientos que los periodistas tenemos entre nosotros. Ahora, es vieja política que cuando te toca gestionar un medio, lo hagas igual que el menemismo. Porque así funciona Canal 7. Entonces, las ideas son más innovadoras que las prácticas. De hecho, la corrupción es una práctica de la vieja política y ellos la practican.
¿Es distinta la relación con Néstor que con Cristina?
Néstor fue el cerebro de La Cámpora, porque creía que tenía que preparar su herencia porque no podía dejarla en manos de otros jóvenes contaminados como él consideraba a (Sergio) Massa o (Martín) Lousteau. Pero la realidad es que él todavía no les daba lugar en el poder y más bien se entretenía con ellos. De hecho, una anécdota del libro es cuando les dice: “Viejo, ustedes me piden cargos pero no me traen ni un título secundario…”. Pero, muerto Kirchner, Cristina pasa de aquella retórica a darles poder concreta, para que le cuiden las espaldas, porque evidentemente en el peronismo no confían.