Jueves 25 de Abril de 2024

LOCALES

27 de mayo de 2015

Llega la obra “Parque Lezama” en el marco del aniversario del Teatro Municipal

Será el miércoles 8 de julio a las 21 horas. Ya están en venta las entradas.

Este año, el Teatro Municipal cumple 75 años desde su fundación, y en conmemoración de ello se prevé la llegada de diferentes espectáculos.

Así es como, el miércoles 8 de julio, a las 21 horas, se estará presentando la obra “Parque Lezama”, protagonizada por Eduardo Blanco y Luis Brandoni.

Las entradas, para este espectáculo que marca el debut de Juan José Campanella como director de teatro, ya están a la venta y puede adquirirse en la boletería del teatro, de lunes a viernes de 8.30 a 12 horas y de martes a viernes de 17 a 20.30 horas.

Los valores de las entradas son: Plateas: $ 305 - Pullman: $ 255

Parque Lezama

La obra, es un relato que busca conmover y divertir, con dos muy buenos actores, pero una historia arquetípica, que plantea conceptos sobre el estado del mundo, pero poco que se pueda ver en la práctica.

Cuenta Juan José Campanella en el programa de mano de su obra que Parque Lezama "es uno de los sueños de su vida". La pieza original se llama I’m not Rapapport (Yo no soy Rapapport) y fue escrita por Herb Gardner en 1984. En ese momento, un Campanella estudiante de cine la vio en Nueva York y quedó cautivado. Hasta ahora, estuvo luchando por conseguir sus derechos. Finalmente, le llegó el momento y la acción que originalmente sucede en Central Park, ahora pasa en el nostálgico Parque Lezama, el mismo que quedará signado para siempre por ser el lugar donde transcurre la novela de Ernesto Sabato, Sobre héroes y tumbas. La escenografía logró reproducir de una manera casi mimética un espacio del parque.

Aquí, la historia se centra en el vínculo de dos personajes: Antonio (Eduardo Blanco) y León (Luis Brandoni), dos viejitos que se encuentran en el mismo banco del parque a pasar el tiempo, pero que tienen posturas antagónicas en la vida. Uno es un pragmático que quiere pasar inadvertido en su trabajo para que no lo echen y evitar problemas y confrontaciones. El otro, un militante comunista anti-sistema que se opone a quienes quieren someterlo y que inventa historias sobre su pasado. A Blanco y Brandoni se les nota la experiencia. Están cómodos en sus personajes, que trabajan con una caracterización que va desde afuera hacia adentro: el cuerpo, la postura, el tono de voz y los sentimientos. Pero el resto del elenco, que aparece casi como accesorios para completar las situaciones de los protagonistas, se manifiestan sin profundidad y responden a estereotipos demasiado subrayados: el ratero drogado que usa buzo con capucha y habla al estilo "tumbero”, el dealer que viste campera de cuero y botas, y el hombre de clase alta que viste ropa de marca y habla como un cheto.

Frente a estos personajes que aparecen en el parque y se vinculan –con distintos niveles de violencia– con los dos viejitos, se desarrolla el planteo ideológico: los ancianos apartados del sistema, la decadencia física de la vejez, los valores de la época y, claro, la nostalgia por otros tiempos.

En este tono, la obra se hace larga (dura 140 minutos) y tiene varios cortes innecesarios, que no se pudieron resolver teatralmente y que se limitaron a bajar el telón y poner una música funcional. Pero sobreviven las actuaciones de Brandoni y Blanco, la idea romántica del texto y algunas frases, como: "Los viejos tienen pinta de futuro y eso da miedo."



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