En cuanto a los nombres de los barrios, detalló que hay mucho de ‘uso y costumbre’, tal como en el tema de las calles.

Mencionó, sin embargo, los nueva barrios reflejados en una ordenanza: Sarmiento, Pueblo Nuevo, Independencia, San Vicente, Centro, Mariano Moreno, Hipólito Yrigoyen, Lujan y Belgrano.

La lista se amplió con la llegada de los barrios provinciales.

Agregó que hay hasta cuestiones inmobiliarias respecto a los límites, que no están claros.

Reveló que el diseño original de la ciudad contemplaba una plaza de cuatro manzanas: la actual, la de la Municipalidad, la del teatro, la del hipermercado.

Esto, sostuvo, se fue cambiando con los primeros tomadores de decisiones de la Corporación Comunal que necesitaban fondos y entonces iban loteando.

En otro punto del diálogo, contó que hasta 1958 las calles cambiaban los nombres y el catastro a la altura del arroyo y de Pringles, y de Del Valle y Colón.

La justificación para el cambio fue la simplificación del sistema.

También se refirió a la cuestión productiva y qué comenzó primero: si la agricultura o la minería.