16 de abril de 2012
La AFIP volvió a suspender a Bunge del registro de operadores de granos
El organismo recaudador dijo que lo hizo porque la cerealera evadió $ 435 millones triangulando sus exportaciones. En marzo de 2011, Bunge también fue sido suspendida por otra denuncia de evasión.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) volvió a suspender a la cerealera Bunge Argentina S.A. del Registro de Operadores de Granos. Según el comunicado oficial, la suspensión se debe a que la firma realizó triangulaciones de exportaciones que le habrían permitido evadir más de 435 millones de pesos en impuestos en 2006 y 2007.
"Inspectores de la AFIP pudieron descubrir que en esos años la multinacional había valuado sus operaciones de exportación a precio pactado con el intermediario internacional, ubicado en Uruguay, en lugar de utilizar el valor de cotización en el mercado transparente del día de la carga de la mercadería", dice el comunicado del organismo recaudador publicado hoy.
La cerealera ya había sido suspendida por la AFIP en marzo de 2011 tras "descubrir la impugnación de créditos fiscales proveniente de operaciones con proveedores ficticios que implicaron una evasión de 16 millones de pesos".
La AFIP entiende que se incurre en "operaciones de triangulación nociva" cuando se envían productos directamente al comprador en el extranjero y desde la Argentina se factura a un intermediario en un tercer país (en este caso Uruguay), que luego factura al comprador en el extranjero. De acuerco con el informe de las autoridades impositivas, dichas operaciones son lícitas sólo cuando el intermediario es un sujeto con sustancia económica y no "una mera pantalla utilizada para que la renta no se declare en nuestro país".
El organismo también informó de que la Justicia autorizó la inhibición general de bienes por 250 millones de pesos "luego de constatar las sospechas de evasión y a fin de resguardar parte de la acreencia fiscal.
Por todo ello la AFIP excluyó a la cerealera del Registro Fiscal de Operadores de Granos. Para Bunge, la suspensión implica que en cada operación de venta deberá pagar el total de la retención del IVA y del Impuesto a las Ganancias, hecho que limita el otorgamiento de las Cartas de Porte necesarias para el transporte por tierra de los cereales.