Viernes 16 de Mayo de 2025

9 de abril de 2013

Fernando Menino realiza una huelga de hambre en reclamo al IOMA

En diálogo con Radio Olavarría, contó su situación y explicó que depende de una asistente que debe pagar IOMA para su tarea diaria. Calificó el trabajo de su asistente como sus “manos y piernas”. Fernando padece Atrofia Muscular Espinal agravada por mala praxis en el momento del parto. Foto: Facebook

 

Dijo que la medida la tomó por estar harto del manoseo del estado, en este caso del IOMA.

Recordó que depende de un asistente domiciliario que específicamente “hace de mis brazos y piernas” y se ocupa de todo lo que puedo hacer.

Dijo que al renovar este año el trámite del asistente domiciliario, se le informó que se bajo a la mitad la tarifa, por lo que es difícil que alguien trabaje por esa tarifa.

 

Esta es la carta que presentó Fernando para dar a conocer su situación

 

Mi nombre es Fernando Joaquín Menino, vivo en la ciudad de Olavarría, tengo 37 años de edad y la misma cantidad de tener diversidad funcional o discapacidad, en mi caso motora por una enfermedad congénita llamada Atrofia Muscular Espinal (AME) agravada por mala praxis en el momento del parto. Soy un hombre que depende de terceros para hacer el 90% de las cosas de la vida diaria, aún así sigo siendo un HOMBRE, un individuo merecedor de los mismos derechos, oportunidades y la misma consideración que el resto.

He decidido comenzar una huelga de hambre en protesta por el trato recibido por I.O.M.A y por la negativa de pagar el servicio de asistente domiciliario con valores acordes a los momentos económicos que se viven, peligrando así mi atención y calidad de vida.

Lo único que tengo soy yo, mi voluntad, mi salud y estoy dispuesto a perderlo todo por el agotamiento que me produjo el manoseo de esta gente, las faltas de respeto constantes, los incumplimientos y por sobre todo los innecesarios momentos de angustia, frustración y preocupación ocasionados por no cumplir con las leyes como corresponde. Momentos que se acumulan año tras año y menoscaban mi humanidad.

¿cuáles son las consecuencias de ésto?: todo esto mantiene en peligro constante un servicio que me es imprescindible, ya que si I.O.M.A paga tarde (como de hecho lo hace) y a un valor irrisorio (como quiere hacer), mi asistente, que es un TRABAJADOR, no va a poder continuar porque le es imposible trabajar gratis muchos meses y por monedas cuando cobre.

Yo vivo preocupándome si voy a tener quien me levante o acueste, quien me bañe o me lleve al baño o cientos de otras cosas que para la mayoría de la gente transcurren de manera automática, casi sin pensarlas. Me resulta sumamente injusto y desgastante tener que angustiarme por cosas que deberían estar garantizadas en la práctica y no sólo en la ley.

Esta medida es un NUNCA MÁS a este tipo de situaciones, a los malos tratos y a las burlas, a invisibilizarnos como sujetos, al avasallamiento de derechos.

Nobleza obliga a aclarar que en la delegación local de I.O.M.A siempre fui bien recibido y atendido, mostrando cada uno de los empleados sincera preocupación y voluntad de resolución a los diferentes inconvenientes que iban surgiendo, marcando un fuerte contraste con I.O.M.A central en la ciudad de La Plata donde simplemente somos números impersonales.

Hago responsables a I.O.M.A y su directorio por todo el daño físico, económico, emocional y psicológico ocasionado por el avasallamiento de mis derechos como afiliado voluntario portador de una diversidad funcional manifiesta y comprobable a simple vista, amparado en la Constitución Nacional Argentina, la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad a la cual nuestro país se adhirió mediante la ley nº 26.378 y las leyes nacionales 24.901 y 22.431.

Les ruego a familiares, amigos y conocidos todo el apoyo y la difusión que puedan prestarme. Va un fuerte abrazo para cada uno de ustedes.

I.O.M.A: Instituto de Obra Médico Asistencial es un organismo de cobertura médica del gobierno de la provincia de Buenos Aires del cual soy afiliado.

Lo siguiente es la descripción cronológica de los hechos que me llevan a tomar esta medida extrema:

 

Año 2011 (Junio): Me aprueban el servicio de asistente domiciliario por un año, 8 horas diarias los 365 días a un valor de $18 la hora, el 30 de diciembre renuncia mi asistente.

Año 2012: El 2 de enero comienza a trabajar mi actual asistente, fui a I.O.M.A a cambiar la titularidad del prestador y no se pudo, por lo tanto se hizo un nuevo trámite idéntico al anterior y fue aprobado desde enero a diciembre. (la tarifa venía de el año 2011 y se respetó)

Año 2013: Se intenta renovar la prestación presentando todo lo requerido por la OO SS pero lógicamente se actualiza el valor/hora a $40, hace 4 semanas aproximadamente me llaman desde La Plata diciéndome que tenían mi trámite para aprobar pero sólo si aceptaba mi prestador hacerlo por $2500 debido a la resolución lanzada en septiembre de 2012. Sus motivos fueron:

    que antes el trámite se otorgaba excepcionalmente, como actualmente lo solicitan muchas personas lo reglamentaron así.

    que el servicio no es algo “productivo”, por lo tanto el valor no debe ser alto.

 

De $4320 mensuales a $18 valor/hora en 2012 reducen arbitrariamente a $2500 mensuales por idéntico trabajo, valor/hora $10,41 sin posibilidad de negociar el monto.

 

Del trámite nº1 es imperioso que paguen los 7 meses restantes y del trámite nº2 que paguen un valor lógico, acorde y digno por el trabajo, ya que no sólo deben 7 meses del año pasado sino que también reducen el valor a una cifra humillante. El nº de expediente de la renovación del asistente domiciliario de 2013 es: 09-595-1028/13.

 

Consideraciones

 

    Soy un adulto con diversidad funcional física severa, necesito ayuda de un asistente domiciliario cada día de mi vida.

    La o las personas que trabajan conmigo forman parte obligadas de mi intimidad física, emocional y familiar; se crean vínculos a través de la mecánica laboral que no pueden dejar de ser tenidos en cuenta.

    Mi dependencia no me convierte en una extensión del otro y su voluntad.

    Tengo el derecho a la libertad de pensamiento, de elección y de acción en concordancia.

    Mi falta de autonomía no es motivo para negarme, omitirme o desconsiderarme como un HOMBRE ADULTO ÍNTEGRO.

    La libertad es un derecho humano fundamental, el mayor bien que el hombre posee.

    Cada medida adoptada por el estado DEBE apuntar a la construcción y mantenimiento de la autonomía de los individuos con diversidad funcional y no pueden ser conceptualizadas como beneficios ordinarios o excepcionales.

    Las personas con diversidad funcional DEBEN ser tenidas en cuenta como partícipes en todas las acciones que vayan a afectar su modo de vida respetando sus opiniones y elecciones, aún las que provengan de personas con discapacidades mentales leves, moderadas o severas. REAL IGUALDAD.

    Ningún hombre, grupo u organismo puede o tiene el derecho de imponer a las personas con diversidad funcional un límite o modo de vida basándose en una subjetiva capacidad/incapacidad.  (el ser humano demuestra día a día que los límites impuestos por la medicina, la sociedad y hasta por la naturaleza son pasados constantemente aún con las peores condiciones físicas, emocionales, mentales, económicas etc.)

    Todo acto, actitud, intención o acción que se manifieste en detrimento de la libertad, autonomía, asistencia o derechos humanos fundamentales individuales o colectivos de las personas con diversidad funcional son ataques contra nuestra integridad física y moral que se presentan como producto de una ignorancia mayúscula sobre la discapacidad como fenómeno; una falta de empatía preocupante y la connotación de minusvalía históricamente asociada a los individuo que transitan con éstas circunstancias a cuestas. 

 

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

 

Mi lucha es por la LIBERTAD de los invisibles, por la dignidad, respeto y consideración infinitamente negados; por la erradicación de la mirada lastimosa o el trato condescendiente, por una sociedad donde ser discapacitado no sea sinónimo de limosna, ciudadano a medias o minoría burlada.

Soy la voz de Soledad, la de Ezequiel o Carlitos, personas que conozco y no pueden decir esto. Soy el que deja bien en claro que el "total no puede" de la desidia tiene sentencia de muerte, porque aunque la persona no pueda tiene el derecho de intentarlo abandonando cuando él lo decida y la sociedad junto con el Estado tienen la obligación de ayudar y sustentar la voluntad del espíritu de lucha, jamás limitarlo.

Soy la voz del hijo que no puede decirle a sus padres: déjenme ser, acompáñenme a vivir, permítanme sufrir lo que la vida me depare porque soy un igual, porque mi esfuerzo es meritorio y merecedor de respeto. Contemplen todos los aspectos de mi vida, especialmente el afectivo sexual, no lo nieguen ni sublimen, es posible que no entienda que quiere decir coito pero sé lo que es una caricia tierna, es probable que mi cuerpo no se ajuste a los cánones de belleza imperantes pero mi corazón ama y mi piel siente, vive. Papás concédanme el derecho a poner expectativas en mí, no conocemos el futuro y lo improbable es cada día más posible, especialmente si ustedes están junto a mí.

Le digo basta al discurso vacío, a las frases hechas, a los mitos, a los prejuicios, a la ausencia en los medios de comunicación, al eufemismo de "capacidades especiales". Grita mi espíritu siempre rebelde, inconforme con el trato que permite el desconocimiento, la ignorancia que cree que una capacidad afectada necesariamente implica que todos los aspectos de la vida estén disminuidos.

Merecemos un presente y un futuro donde éstas palabras no tengan razón de ser.



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