El comienzo de este año prefigura que la dinámica del mercado laboral no será tan favorable como en 2011, analizó la consultora económica Ecolatina.

Entre enero y abril últimos se incrementó tanto la cantidad de despidos con respecto al mismo período de 2011 como la de suspensiones de personal, algo que no sucedía en un mismo cuatrimestre desde inicios del 2009.

Además, en los primeros meses del año se observó una reducción de las horas trabajadas por obrero en la industria.

Desde el tercer trimestre de 2011 se observó una desaceleración conjunta en el ritmo de expansión de las horas trabajadas y del número de obreros ocupados.

El Índice de Demanda Laboral elaborado por la Universidad Torcuato di Tella en los primeros cuatro meses del año acumuló una merma de 23 por ciento frente a diciembre de 2011 en el Gran Buenos Aires.

La expectativa neta de empleo para el segundo trimestre de 2012 se mantuvo en 14 por ciento en términos desestacionalizados, siete puntos porcentuales por debajo de las perspectivas para el segundo trimestre del año pasado. Estos primeros datos del mercado laboral no están desligados del menor ritmo de expansión de la actividad económica.

Al observar la dinámica de la construcción y de la importación de bienes de capital, puede verse que buena parte del freno estaría concentrado en la inversión.

La inversión no sólo es clave para incrementar la capacidad futura de producción sino también para sostener en el tiempo la creación neta de empleo. De hecho, para el período 2003-2011 el empleo muestra una correlación más elevada con la inversión que con la actividad económica en general.

El consumo

Con la inversión estancada, es poco probable que el desempleo se reduzca en 2012", señaló la consultora en su informe dominical. Así, con una baja creación de puestos de trabajo y una reducción de horas por empleado, el "combustible" del consumo dependerá exclusivamente de las negociaciones salariales que aún se están llevando a cabo.

Con expectativas de inflación en 30%, los acuerdos salariales inferiores a 20% están prácticamente descartados.

Si bien esto compensaría la menor creación de empleo, la masa salarial difícilmente pueda repetir el crecimiento nominal exhibido en 2011, que estuvo en torno del 32 por ciento interanual. (NA)