Martes 7 de Mayo de 2024

14 de mayo de 2012

Pronostican una caída de 13% en la próxima siembra de trigo

En su primera estimación sobre dichas siembras, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires calculó una caída del 13% . Pero otros sectores son todavía más pesimistas y hablan de una reducción del área triguera de hasta 20%.

Menos trigo es menos pan y menos fideos en el mercado interno y menos dólares por la exportación de los saldos comerciales. Pero en especial una menor siembra del cereal representa una menor sustentabilidad y mayor degradación de los suelos. Por eso no es una buena noticia la que dieron los expertos de la Bolsa al pronosticar que se sembrarían 4 millones de hectáreas de trigo en la campaña 2012/13 , a punto de arrancar. La caída respecto del ciclo anterior sería de 600.000 hectáreas, lo que es decir el equivalente a 30 veces la superficie de la Capital Federal .

Los expertos de la Bolsa de Comercio de Rosario coincidieron con sus pares de Buenos Aires. “La implantación de trigo comenzará con los primeros lotes en la próxima semana y se registra una muy baja intención de siembra. Las consultas y la compra de insumos para la campaña no se reactivaron en ningún momento”, señaló un informe de esa entidad.

Allí se arriesga que el panorama podría ser todavía peor al que planteó la Bolsa de Cereales porteña, que arrancó calculando una caída del área de 13%. “Muchas otras estimaciones, entre ellas la de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), anticipan una caída piso del 20%. Si bien estos guarismos son muy preliminares, dan la pauta de que efectivamente los problemas comerciales han llevado al hartazgo a los productores”.

¿Hartazgo? ¿Desde cuándo las decisiones económicas se toman en base a estados de ánimo de ese estilo? En el caso del trigo argentino, desde que a partir de 2006 el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, comenzó a intervenir en el mercado provocando incertidumbre entre los chacareros (que ni siquiera saben cuándo podrán vender su cosecha) y sobre todo una multimillonaria transferencia de ingresos desde el sector primario hacia un puñado de empresas molineras y exportadoras del cereal. En algunos momentos, esa exacción llegó a ser de más de 50 dólares por tonelada .

Así, la sensación dominante entre los productores es que quien todavía siembra trigo o es tonto o es porque no tiene más remedio. En rigor, la Bolsa porteña argumentó que las 4 millones de hectáreas trigueras estimadas (sería la segunda menor superficie en los últimos doce años) responden a que “en muchas zonas el cereal es la única opción para realizar en invierno” , mientras que en otras regiones “se lo utiliza como cobertura o para incluirlo en las rotaciones”. Por cierto, en promedio de siembra de las últimas dos décadas se ubica en torno a 6,5 millones de hectáreas.

En este escenario, los chacareros que pueden están volcándose hacia otras opciones agrícolas que reemplacen el trigo y estén a resguardo de Moreno. Cebada, avena, colza, arveja, garbanzos o lentejas son algunas de las alternativas. En el caso de la cebada cervecera (la materia prima de la malta), la superficie sembrada en el país pasó de 300.000 a 1,5 millones de hectáreas en los últimos seis años.



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