Las adicciones se roban el tiempo, los vínculos y la capacidad de aprender y trabajar. Reanudar una vida en comunidad requiere algunas oportunidades. Para ofrecerlas, el gobierno de la Provincia y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) idearon una serie de talleres especialmente dirigidos a jóvenes que se recuperan del uso problemático de sustancias. La idea es facilitar el ingreso (o reingreso) al mundo del trabajo, uno de los aspectos más importantes para la reinserción social.

    Las opciones son de rápida salida laboral: durante el primer cuatrimestre se dictará un taller de colocación de placas de yeso, más conocidas como “durlock” y, en la segunda mitad del año, comenzará el curso de construcción en seco. Las clases serán dictadas por docentes de la universidad, mientras que los alumnos contarán con el acompañamiento de profesionales de la subsecretaría de Atención a las Adicciones y Salud Mental, del ministerio de Salud bonaerense, que los acompañarán y motivarán para evitar que abandonen la cursada.

 El titular de la subsecretaría, Carlos Sanguinetti explicó la iniciativa ayer, junto al presidente de la UNLP, Raúl Perdomo, en el inicio del ciclo lectivo, que se realizó en el Centro de Atención a las Adicciones (CPA) ubicado en el Camino General Belgrano y 447 de City Bell. Allí mismo cursarán más de 40 alumnos, con una carga horaria de cuatro horas una vez a la semana.

 “Generar estrategias de este tipo es fundamental, porque se trata de una posibilidad de reinserción en la comunidad, sobre todo si se tiene en cuenta que a lo largo de su historia de consumo, muchos de estos jóvenes han perdido vínculos y capacidades sociales”, explicó el ministro de Salud, Alejandro Collia.

Contó que el gobernador Daniel Scioli insiste permanentemente en vincular a los jóvenes con hábitos saludables, en particular el deporte y el trabajo, “porque cumplen una doble función: por un lado, resultan un motor de motivación para continuar el tratamiento y evitar recaídas y, por el otro, como una puerta de entrada al mercado laboral”.

 Una particularidad de esta nueva oferta es que los cursos son abiertos a la comunidad, es decir que constituye, además, una herramienta de integración social para los jóvenes que concurren a los centros de prevención y atención de las adicciones (CPA).

SALIDA LABORAL

 Los relevamientos de la subsecretaría de Atención a las Adicciones indican que casi la mitad de las personas que se asistieron el año pasado en la red pública por consumo de sustancias, no tenía trabajo. Mientras que del 55,8 por ciento restante, sólo el 23,3 por ciento dijo tener “trabajo fijo” o en blanco.

 “Sucede que las relaciones sociales y laborales de las personas con consumo problemático se ven progresivamente afectadas, por eso, es parte del tratamiento tender redes que permitan a estos jóvenes volver a restablecer vínculos y crear otros nuevos”, explicó el subsecretario de Adicciones, Carlos Sanguinetti.

La UNLP creó, en 2011, la Escuela de Oficios que funciona en clubes y organizaciones de la comunidad. Los cursos de este año están especialmente pensados para constituir una herramienta de salida laboral, tras el éxito de los del año pasado, cuando decenas de alumnos egresaron de los cursos de auxiliar gasista, plomería y electricista.