La Universidad Católica Argentina (UCA) presentó un interesante informe donde se habla del impacto de la "inseguridad alimentaria" en las áreas urbanas de la República Argentina. Las conclusiones indican que hay casi 4 millones de personas en situación de riesgo alimentario.
Los alcances de este estudiolos explicó esta mañana en la 99.9 Agustín Salvia, uno de los responsables del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), que es otra de las instituciones que trabajó el tema. "Es una medida que se desarrolló debido a lo costoso que es evaluar la nutrición. El criterio de Inseguridad Alimentaria es muy estricto, y se fija una serie de preguntas con las que se evalúa en qué medida se ha tenido que reducir la dieta alimentaria por razones económicas, hasta el punto de preguntar quién ha sufrido hambre en la familia y con qué frecuencia. Esto lo medimos desde el 2010, en los últimos 3 meses del año y hemos presentado los últimos datos sobre 5.700 hogares de los principales centros urbanos del país", explicó.
Una realidad que se encontraron es que tanto la delgadez extrema como el exceso de peso son dos miradas que tienen que ver con la desnutrición: "Hay una única encuesta de nutrición y salud realizada en 2004/2005, que dejó cifras donde aproximadamente un 2% de la población, sobre todo niños, experimenta una situación de desnutrición aguda. El exceso de peso no tiene que ver con exceso de alimentos, sino con una reacción fisiológica que se produce cuando faltan nutrientes adecuados y aumenta del agua, los líquidos y los lípidos", aclaró Salvia.
Si bien el especialista no quiso alertar sobre los niveles de hambre en nuestro país, advirtió sobre la realidad y sus números, que realmente impactan: "En Argentina, es cierto que la situación de hambre extremo está reducida, pero el riesgo, la inseguridad alimentaria, la imposibilidad de un hogar de garantizar los alimentos básicos para su subsistencia, según nuestras mediciones, está afectando 6% de los hogares de Argentina en forma severa o moderada. Hay un 4,6% de los hogares en situación de inseguridad severa que no garantizan los alimentos diarios y un 6,6% que vieron reducida la dieta y experimentaron hambre en alguna ocasión. Estamos hablando de 1.400.000 hogares a nivel nacional y de casi 4 millones personas en una situación de riesgo alimentario", resaltó.
Esto sucede, en parte, como consecuencia de las políticas de Estado referidas a estas cuestiones, que terminan generando gran parte del problema. Salvia indicó: "los subsidios económicos no cubren la canasta alimentaria básica de un infante, y no es que sólo se garantiza esa canasta, sino que la familia debe cumplir otras necesidades. El problema de un país que produce tanto alimento es que no está garantizando para un 10% de sus hogares seguridad alimentaria, porque tampoco les está garantizando un empleo seguro ni educación que les permita tener una inclusión social. Tampoco les está garantizando un hábitat, tenemos otro dato que dice que hay un 8% de los hogares urbanos que están en situación de villa o asentamiento". Precisó: "Lo que existe son políticas sectoriales. De acuerdo a quién y cómo se demande, se desarrollan inversiones en alguna escuela, algún programa de salud o se mejora una salita de emergencia. Lo que está ocurriendo es una reproducción de situaciones de marginalidad extrema que están asociadas a formas alternativas y no legales de empleabilidad, como participar en bandas delictivas o de venta de drogas".
La problemática de la mala asignación del dinero que sucede en todo el país, también es un punto que resalta Salvia para completar el panorama. "Lo que hay es una mala asignación, porque no hay una política de planificación del desarrollo", finalizó.