El encuentro fue dirigido por profesionales y técnicos de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata (FAU-UNLP), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el organismo provincial de vivienda. Se dividió en 2 partes, una de base teórica en la que se indicaron y definieron los pasos de los procesos constructivos de los sistemas que conforman la envolvente de las viviendas. La segunda parte consistió en una demostración práctica de aislamiento en el muro de una de las viviendas bioclimáticas que se encuentran en construcción.

Con esta iniciativa, la Provincia avanza en la investigación de políticas de hábitat en el territorio cuyo abordaje requiere de un debate amplio sobre el manejo del suelo, el ahorro energético, los instrumentos urbanísticos y las operatorias de vivienda. El resultado son estos nuevos estándares de construcción que tienen en cuenta el crecimiento sustentable del territorio buscando ahorrar energías convencionales y disminuir las presiones sobre el medio ambiente con el objetivo de aportar al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.

Se trata de proyecto innovador y socialmente sustentable que apunta a disminuir la utilización de energías renovables. Nació de la mano de profesionales del Instituto de la Vivienda con el fin de incorporar en las viviendas pautas de diseño bioclimático, pretende reducir el uso de energías convencionales para iluminación, refrigeración y calefacción y así disminuir el impacto ambiental de la construcción en todos los procesos implicados -desde su ubicación hasta su uso y mantenimiento- y superará los niveles permitidos en la legislación –provincial y nacional– sobre ahorro energético. Las viviendas construidas en el municipio de Tapalqué serán las primeras del país que cuenten con una certificación de este tipo: se conocerá cuánta energía consumen. Según Informes realizados por organismos nacionales, se puede ahorrar hasta un 40% de del gas usado en calefacción en relación a lo que consume una casa convencional, a lo que hay que sumar el ahorro de electricidad usada para la refrigeración.

La arquitectura bioclimática trabaja optimizando recursos y tanto el clima como las condiciones del entorno influyen en el diseño de la casa para conseguir eficiencia energética; es decir, aprovechar el sol (desde su ubicación y recorrido) y el viento y responder a las temperaturas mínimas y máximas. Este es el desafío que asumen técnicos y profesionales del Instituto de la Vivienda y los organismos intervinientes para adaptar las viviendas y alcanzar los parámetros establecidos. La prueba piloto es en el Municipio de Tapalqué, un distrito que viene apostando por la ecología con plantas de tratamiento de residuos y proyectos de concientización en las escuelas.

Las casas son de construcción tradicional con paredes y techos aislados y carpinterías adecuadas a la propuesta. “Este tipo de arquitectura trabaja con dos conceptos: el primero, orientado a conservar el calor y el frío a partir de aislar, el segundo, propone la incorporación de sistemas pasivos (calentador solar-calefón solar-colector fotovoltaico). Las pautas de diseño que se incorporaron para esa zona climática son: orientación norte, ventilación cruzada, aislación térmica, iluminación natural, colector solar, sistema de acumulación de calor por muro trombe, paneles solares fotovoltaicos y un invernadero. Para lograr el correcto funcionamiento de los sistemas los lotes tienden a ser cuadrados con un ancho mínimo que garantice la incidencia de la luz solar sobre la superficie colectora”, ilustra la coordinadora del proyecto en el Instituto de la Vivienda, Andrea Lanzetti.