El Juez Federal descartó cuatro hipótesis durante la investigación, lo que lo lleva a decidir el archivo de la causa, ya que no hay alguien que haya cometido una acción, intencional o no, para que se perdiesen las dosis de Sputnik.

Entre las cuatro hipótesis descartadas se cuentan: La inutilización de las vacunas se produjo por la acción dolosa de una persona, dirigida a interrumpir su cadena de frío; La inutilización de las vacunas se produjo por la acción u omisión dolosa por parte de los responsables de su conservación y/o custodia, consistente en incumplir los deberes a su cargo; La inutilización de las vacunas se produjo con motivo de la comisión dolosa de delitos contra la Salud Pública o contra la Administración Pública y que la inutilización de las vacunas se produjo con motivo de la comisión culposa de delitos contra la Salud Pública o contra la Administración Pública.

Habiendo descartado todas las hipótesis explicadas, el juez repasó que “No pudo precisarse cuál fue el momento exacto en el que el freezer dejó de funcionar, dado que conforme los señalamientos de los expertos y las demás pruebas practicadas, la ausencia de material refrigerante con capacidad de inercia térmica y las altas temperaturas de la época determinaron que, al no arrancar, los valores se elevaron rápidamente”.

“El freezer podría haber dejado de funcionar en cualquier momento transcurrido entre el día 2 de enero a las 10:30 hs. y algunas horas previas al hallazgo, aproximadamente a las 8:00 horas del 4 de enero” expresa el magistrado en su resolución.

Destacó el trabajo de los Ingenieros de la UNICEN, que en su informe pericial, acercaron una explicación precisa de lo sucedido, abonada por el resto de la prueba colectada.

“La causa del descongelamiento de las vacunas estuvo determinada por una multiplicidad de factores que surgieron de forma concatenada en un lapso de tiempo determinado”. Los ingenieros dejaron en claro que “cualquiera de ellas, o por sí sola, no habría tenido la entidad suficiente para producir el mismo resultado”.

Entre los factores mencionan: falta de ventilación en la habitación donde se alojaba el equipo de refrigeración, la elevada temperatura registrada en la ciudad y, complementariamente, en el ambiente del interior del recinto, la antigüedad del freezer y particularmente, el estado del motor del equipo por su intenso uso -sin perjuicio de su funcionamiento verificado-, determinante de una “sobre-exigencia” en su funcionamiento.

“A la situación descripta se añade una interrupción general de energía en la ciudad y la lenta descomprensión de los gases internos del freezer. El comportamiento del equipo, en tales condiciones, materializa una traba mecánica en el arranque del equipo no siendo éste inmediato sino, fortuitamente, luego de haber transcurrido un lapso de tiempo incierto (en este caso, horas)”.

A su vez, la reducida inercia o protección térmica debido a la ausencia de otros materiales refrigerantes en el interior del equipo, produjo la rápida elevación de la temperatura interior y, por consiguiente, determinaron un proceso acelerado de descongelamiento de las dosis de vacunas.

“Los eventos, finalmente, acaecieron un día inhábil, cuando el proceso de vacunación estaba interrumpido, circunstancias que impidieron una detección temprana del desperfecto, para poner en marcha el freezer de back up que estaba instalado en la misma habitación”.