La audiencia comenzó poco antes de las 12 y alrededor de las 13,50 se estableció un cuarto intermedio por 40 minutos.

El Dr. César Sivo, representante de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, fue el orador de esta jornada, ya que se unificó la personería de este organismo y de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, para pronunciarse en conjunto.

Sivo inició su exposición con frases que se escucharon durante el juicio y que marcaron el derrotero de las víctimas y familiares.

“Lo más tremendo es la permanencia del dolor por la impunidad durante casi 40 años”, dijo.

“Este juicio pasa a ser un bálsamo para las familias y la sociedad que quiere sanar la distorsión”.

“La justicia es importante que llegue, no importa cuándo llegue. Siempre se eligió la justicia y no la venganza”, dijo.De todos modos admitió que la justicia a destiempo no permite cortar las heridas.

Al llegar tardíamente ha hecho aumentar el dolor.

Asimismo dijo que no se logra una reparación integral porque no se puede volver atrás. Hay víctimas y familiares que han fallecido y algunos imputados tampoco han llegado.

Además dijo que algunos llegan añosos y esto les ha permitido a acceder a beneficios como arrestos domiciliarios.

Lo bueno de la distorsión temporal es que hoy se pueden saber más cosas, y no se está como en la casua número 13. Hoy está todo acreditado y se han podido desclasificar documentos varios.

También la distorsión temporal ha permitido que algunos hayan reconocido algunas cosas, y mencionó conceptos de Videla en alguna entrevista, en la que dejó en claro la eliminación física, y la responsabilidad que les cupo, ya que decidieron a quién debían eliminar.

“No tenemos dudas que estamos ante delitos contra la humanidad” y no un genocidio.

También se refirió argumentando sobre el plan sistemático, de militares con el acompañamiento civil.

Hubo normativas militares para el plan criminal.

Expuso sobre cómo se diseñó  en cuanto a llevar adelante el plan ,cómo estuvo dividido el país- en 5 grandes zonas- y éstas a su vez en subzonas y luego en áreas, correspondiendo Olavarría a la zona 1, a cargo de Suárez Masson; Subzona 12 comandada por Alfredo Saint Jean y área 124 , a cargo de Ignacio Aníbal Verdura.

En esta subdivisión se tomó el modelo de la GESTAPO, para obtener la mayor información posible.

Expresó que “desde el momento en que los militares y civiles contribuían, se daba un juego de legitimaciones. Cada muerte debía capitalizarse a favor de lo que se estaba haciendo”.

Destacó que la tarea de inteligencia, que en esta área desarrolló Grosse, fue una de las centrales, ya que tenía que ver con la identificación del objetivo, luego se realizaban las operaciones y empezaba la etapa de cautiverio. Acotó en tal sentido consideró que no era extraño entonces que Grosse fuera responsable de la radio, porque eran actividades que tenína a cargo agentes de inteligencia.

Más tarde se explayó sobre la puesta en práctica de conceptos que se esgrimían en el plan: cautiverio clandestino, disposición del Poder Ejecutivo Nacional y llevarlos a un Consejo de Guerra; y libertad vigilada o irse al exterior, y eliminación a las personas.

En este sentido, indicó que cuando aparecía un cuerpo , querían mostrar que “los terroristas mantenían poder de fuego”.

En otros se hablaban de enfrentamientos.

Asimismo dijo que en las conferencias de prensa hacían una “burda presentación”, ya que exhibían armas que supuestamente eran clandestinas y sin embargo tenían el sello de fabricaciones militares.

Más adelante, expuso sobre los Consejos de Guerra, de los que dijo “alimentaron esta ficción”

Luego detalló los secuestros que se iniciaron el 13 de septiembre de 1977.

Al mismo tiempo, habló de “rapiña” durante los operativos, ya que se llevaban cosas que no tenían que ver con la investigación , sino que eran “franquicias que le daban a los grupos de tarea”.

Tras otras consideraciones, manifestó “no buscamos enjuiciar a cualquiera sino a culpables , y no buscamos venganza sino justicia.

También habló de los homicidios, incluidos dentro del plan criminal de los captores.

Argumentó : “ No importa la forma en que lo han ejecutivo: si lo tiraron de un avión o si lo ejecutaron de un balazo en la cabeza. No importa dónde lo hicieron. No importa quién o quiénes fueron los ejecutores materiales , con saber quienes dieron las órdenes, todos deben responder”

Justificó que se trata de homicidios porque a esta altura en los delitos contra la humanidad, no caben dudas de que las personas fueron ejecutadas”. “No vamos a discutir si hay que tener el cuerpo o no”, e indicó que sobre esto ya se ha expresado la Corte Interamericana.

También mencionó el caso particular de Jorge Oscar Fernández, en cuya autopsia se habla de evidencias de un tiro en el pecho y otro en la sien. “Esto no fue un enfrentamiento sino una ejecución”.

Además dijo que “transcurrieron 37 años del secuestro y no han aparecido. Ya se sabe y se ha difundido lo suficiente como para que se crea que están paseando en algún lugar de Europa.