Señalo que se le pedirá al Municipio de Olavarría que el Mural será declarado Patrimonio Cultual 

Señalo que el Dr. Pinto Guillaume trabaja para una Fundación sueca que impulsa el desarrollo y la preservación del patrimonio cultural, y con ese objeto, entregó catálogos de la obra del pintor argentino y pidió aportes de la comunidad para obtener más datos sobre el mural del Club Loma Negra.

Pascual Di Bianco es el autor del mural que se encuentra ubicado en el salón de actos del Club Loma Negra, y que según los datos con que se cuenta fue realizado en 1960. Había pertenecido al grupo “Espartaco”, de tinte social.

Guillaume se encuentra trabajando en una biografía de Pascual Di Bianco y conoce con gran detalle cada una de las etapas de su vida creativa.

Recordó que el artista nació en 1930 y es hijo de inmigrantes italianos. Trabajó en una fábrica de toallas y demostró tempranamente su interés por el arte. Se formó con el maestro Juan Carlos Castagnino y asistió al taller que él dictaba en Villa Insuperable, Buenos Aires.

A fines de los años 50 se conectó con el llamado Movimiento Espartaco, quienes trabajaban en una pintura de tinte social, tomando como actor al pueblo.

El mural fue construido en el año 1960, hace el mural para el Club Loma Negra y también otros que se ubicaron en el gimnasio de Parque Chacabuco.

En todos los casos los protagonistas son los obreros y  el mundo industrial, con sus poleas, engranajes y chimeneas.

Hacia fines de 1961, se produjo una disputa de tono político entre Carpani y Sessano dos de los integrantes del grupo Espartaco. Ricardo Carpani fue expulsado y Pascual Di Bianco lo siguió, en honor a la amistad que los unía.

Según contó Guillaume, Carpani invitó a Di Bianco a su taller ubicado en el sótano de la calle Piedras y aprenden el uno del otro. De allí, se sucederán una serie de murales encargados por los sindicatos (se destaca el Sindicato de la Alimentación y el  del Vestido). Uno de los murales que hicieron conjuntamente Carpani y Di Bianco se encuentra en la Comisión Nacional de Energía Atómica.

A mediados de la década del 60, Di Bianco fue convocado por un coleccionista argentino radicado en Suecia  a llevar su arte hacia allí. Siguió pintando murales y llegó a trabajar en la pintura del decorado para una versión televisiva de La Flauta mágica, dirigida por Ingmar Bergman.